Resistencia cultural y sistemas alimentarios: la experiencia Kariña

En septiembre de 2021, la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios y la necesidad de transformarlos, se expuso la realidad planetaria tras la pandemia por el Covid-19: Alimentos más que suficientes para 7 mil 800 millones de personas, 820 millones de personas padeciendo de hambre, más de 2 mil millones de personas con sobrepeso y obesidad. El 29 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procede de la cadena de suministro que lleva los alimentos de la tierra a la mesa. El 35 % de todos los alimentos producidos se desperdicia. Esto representa hasta el 80 % de la pérdida de biodiversidad, el 80 % de la deforestación y el 70 % de toda el agua dulce que se utiliza en el mundo.  

Venezuela cuenta con experiencias capaces de inspirar el cambio de los actuales sistemas alimentarios. El pueblo Kariña en la Reserva Forestal Imataca (RIF), protagoniza desde 2016, un proceso de empoderamiento que hoy le permite contar con un entramado comunitario que ha recuperado su territorio ancestral afectado por décadas de degradación y que les ha permitido aprovechar la riqueza del bosque de manera sustentable. Para octubre de 2021, en conmemoración del Día de la Resistencia Indígena en Venezuela, los Kariña demuestran que su resistencia es fundamentalmente cultural, que está en sus alimentos, en la tradición de su siembra, cosecha y preparación, en el saber ancestral que tienen sobre el bosque, su hogar.

En el marco del Proyecto ‘Ordenación Forestal Sustentable y Conservación de Bosques en una Perspectiva Ecosocial’ implementado por el Ministerio de Ecosocialismo con el acompañamiento técnico de FAO y el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), las comunidades Kariña de Imataca, con el liderazgo de sus mujeres, dirigen la Empresa Forestal Indígena Tukupu y manejan casi 6 mil 500 hectáreas de su territorio para su aprovechamiento sustentable, cuentan con el plan operativo de las primeras 1000 ha y recientemente establecieron su Mercado Indígena en Tumeremo, estado Bolívar.

Justo cuando los Kariña inauguraron el mercado en el que distribuyen cada fin de semana el excedente de su cosecha, en septiembre de 2021, tenía lugar la Cumbre de los Sistemas Alimentarios. En ella se expuso la importancia de mejorar los sistemas alimentarios actuales, la necesidad de sumar ideas nuevas y de aprender de las personas sencillas que integran la cadena de los alimentos, de la siembra a la mesa, como pequeños agricultores, pescadores y pueblos indígenas.

En Imataca, el 41% de las mujeres Kariña conforman la red de recolección de semillas de especies nativas de uso tradicional, ellas cohesionan a las comunidades en el desarrollo de viveros comunitarios y familiares para la producción de plantas forestales y frutales y el establecimiento de plantas en campo mediante sistemas agroforestales en un permanente proceso de capacitación.

Las naciones del mundo miran ahora la experiencia que ha resistido a los grandes y vertiginosos cambios de la humanidad y que ponen en peligro su existencia. Mejorar, transformar, los Sistemas Alimentarios pasa por conocer y emular las experiencias comunitarias, eficientes, resilientes, cualidades que se miran como punto de partida para el cambio propuesto y que se encuentran mayormente en las prácticas ancestrales de pueblos como los Kariña.

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